José Román de Santo Domingo Calderón LealFlorencia OrtizEudoro BenítezMaría Celina Rincón Rivarola

Luis Saúl CalderónMaría Candelaria Benítez

Gustavo Román Calderón

f a m i l i a
Hijes con:
Ana María Franzone Mesa

Hermanes:
Luis María Calderón
Edgar Daniel Calderón

Hijes:
Carla Daniela (Dani) Calderón (Franzone)
Julieta Calderón (Franzone)
Gustavo Román Calderón
  • Nacimiento: 1951, Pocho, Córdoba, Argentina
  • Casado/a 04 Jun 1983, Córdoba, Córdoba, Argentina, con Ana María Franzone Mesa
  • Ocupación: Comerciante, DJ
  • Fuente: EDC
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    Estudió en Colegio San Buenaventura
    Cuando Gustavo se casó Aurora Benítez, preparó las siguientes palabras:
    "Ana - Gustavo, guarden los momentos de este día, como una reliquia en lo más profundo de sus corazones y junto con un poco de comprensión, respeto y mucho amor, para que les ayude a transitar el maravilloso y difícil camino donde hoy el Señor los ha iniciado"
    Tiene 2 hijas
    Vive en San Vicente - Córdoba - Córdoba


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    FUENTE: http://vos.lavoz.com.ar/noche/gustavo-calderon-que-siga-musica


    Gustavo Calderón: Que siga la música
    Gustavo Calderón es el DJ de Córdoba que más tiempo lleva en el oficio.
    Y no tiene intenciones de parar.

    Por José Heinz 31/03/2012

    Si nos guiamos por los años que lleva haciendo su trabajo, existe la
    posibilidad de que Gustavo Calderón te haya hecho bailar alguna vez,
    pero también a tus papás e incluso hasta a tus abuelos, en caso de que
    seas un lector bastante joven. Su trayectoria como DJ permite sostener
    esa chance: Gustavo pasa música desde el año 1971. Desde entonces
    desfiló por asaltos, night clubs, boliches, fiestas privadas o
    estudiantiles. Se supo adaptar a todos los formatos posibles a la hora
    de mezclar discos, desde el vinilo a la laptop. Le ha dado play a toda
    clase de artistas, desde Ray Conniff a David Guetta, desde Los Abuelos
    de la Nada a Depeche Mode. Vivió la movida beat criolla, la música
    disco que llegaba desde el norte, la escena new wave europea. Dijo
    presente cuando llegaron el synthpop, el house y todos los géneros que
    desde su inicio apuntaron hacia una pista de baile. Gustavo Calderón
    estuvo ahí, en todos esos momentos. Y todavía sigue al frente de una
    cabina, con el entusiasmo intacto, con las mismas ganas de poner a
    todos a bailar.

    "La música me llamó la atención desde siempre", dice hoy, con 60 años
    y más de cuatro décadas de carrera. "Empecé de adolescente, poniendo
    discos con dos Winco y un amplificador, algo muy elemental, ya ni me
    acuerdo cómo lo hacía. Cuando terminé la secundaria, sin experiencia
    pero con muchas ganas, me presenté en un lugar que se llamaba Kreo
    para ofrecer pasar música. Me parece que quedaba en Avellaneda y
    Ducasse. Me probaron y quedé. Fue mi primer trabajo", rememora.

    "En esa época sonaba mucha música nacional, como el grupo Safari, Los
    Náufragos, la movida de esos años. También me gustaba pasar buena
    música internacional, cosas de Janis Joplin o Joe Cocker", añade al
    recordar aquellos primeros años frente a las bandejas.

    Un tiempo más tarde, y a instancias de su amigo Mario Barrionuevo
    (otro recordado disc jockey de Córdoba que ya se retiró de la
    actividad), Calderón comenzó a picar vinilos en un local llamado Tía
    Dorotea, camino a Saldán, propiedad de Darío Martel y Enrique del
    Campo, dos musicalizadores de LV3. Aquellas noches, además de darle
    más experiencia en las mezclas, le abrieron las puertas para trabajar
    en RCA Victor, un importante sello discográfico nacional. "Era
    promotor. Ahí tenía que distribuir las novedades en los medios de
    comunicación, llevarles los discos a las radios. También pasé por
    Music Hall. Estuve metido en eso hasta el 78", cuenta.

    "Ese trabajo fue muy importante para mí –asegura–. La compañía nos
    llevaba dos veces al mes a Buenos Aires para capacitarnos. Nos
    enseñaban a escuchar y tratar de detectar posibles cortes de difusión.
    De ahí iban a las radios y los disc jockeys. Hoy, eso me sirve para
    encontrar buena música entre toda la información disponible que hay en
    Internet, del género que sea. Sé qué tema puede andar en una pista".

    Señor residente
    Un punto decisivo en la carrera de Calderón (y también de la noche de
    Córdoba) fue cuando comenzó a trabajar en Studio 1, uno de los
    primeros boliches de la ciudad tal como los entendemos hoy. El lugar
    estaba claramente inspirado en Studio 54, la legendaria discoteca de
    Nueva York que vivió el furor de la disco music en noches de sábados
    febriles y alocados. El dueño de Studio 1, el empresario Miguel Srur,
    pudo conocer aquel lugar y quiso replicar la experiencia una vez que
    regresó al sur. "Él trajo todo de Estados Unidos para armar Studio 1.
    Sonido, ambientación, todo", asegura el DJ, quien trabajó allí de 1981
    a 1997.

    "Además, allá hizo contactos para que le enviaran a Argentina discos
    nuevos, cosas que acá eran inconseguibles –agrega–. Eso marcó mucho el
    estilo del lugar: vos podías poner algo y recién a los seis u ocho
    meses comenzaba a sonar en las radios de acá. Entonces había personas
    que reconocían alguna canción de haberla escuchado antes en Studio 1 o
    en Keops, donde eso también pasó muchísimo".

    Calderón no tiene más que palabras de agradecimiento para Srur, con
    quien mantuvo un vínculo laboral y afectivo durante muchos años. De
    hecho, podría decirse que la relación continúa hasta nuestros días. Si
    bien "don Miguel", como lo recuerda cariñosamente, falleció el año
    pasado, el pinchadiscos sigue trabajando en locales que manejan
    Sebastián y Julio, dos de los hijos del empresario. Desde hace 15
    años, Gustavo pasa música en una de las pistas del boliche La Barra.
    Si uno se llega al lugar un viernes o un sábado lo va a poder ver en
    acción.

    Siempre fue un DJ residente antes que uno viajero. "Hoy está de moda
    en los boliches tener un DJ invitado todas las noches, pero
    generalmente hace música diferente al anterior y eso hace que se
    mezclen mucho los estilos. Si el dueño del lugar o el encargado de la
    cabina no controla bien esa situación, si no establece los límites de
    lo que se debe pasar y lo que no en ese boliche, se desfigura su
    propuesta. Hay que marcar una cancha", explica.

    "En otra época, el residente elegía su música, su estilo, algo que
    sólo iba a sonar en el lugar donde pinchara él, y así le daba el
    perfil –continúa–. Ahora todo es diferente. Si no ponés David Guetta
    en algún momento de la noche, vienen diez a reclamarte que lo pases".

    Aunque hoy también pasa música con su notebook, Calderón utiliza
    también CDs, "para no perder el toque artesanal que tiene empalmar dos
    ritmos". "Me gusta la música electrónica, pero no me dedico
    exclusivamente a eso. Yo siempre fui más hacia el pop", dice en
    relación a otros DJs metidos de lleno en los sonidos sintéticos.

    "Cuando paso clásicos, nunca lo hago con sus remezclas, siempre
    reproduzco las versiones originales. Un remix no puede perder la
    esencia de la canción", sentencia entre otros consejos que arroja a la
    hora de poner a punto una pista, un trabajo que todavía lo divierte y
    lo obliga a acostarse tarde los fines de semana.

    Todo indica que le queda cuerda para rato. "Aunque soy consciente de
    que es un trabajo, siempre lo viví como un hobbie", plantea. Y añade,
    como para que no queden dudas: "El día que me levante sin ganas, va a
    ser cuando deje de pasar música. Pero hasta ahora no me ha pasado
    nunca".